sábado, 18 de mayo de 2013

[22] Miremos a los demás, con ojos nuevos


Hoy voy hablar un poco de mi, nunca lo he hecho y creo que ya es tiempo, por lo que os confesaré un secreto, por si a alguien puede ayudar el ver la vida de este modo, es algo que no dejo de buscar constantemente en todas y cada una de las personas con las que me cruzo en este vagar terrenal, y es que si algo tiene la capacidad de seducirme más allá de cualquier otra cosa eso es la ‘inteligencia’, en toda la inmensidad que el concepto conlleva. Hablar de lo que significa para mi la palabra ‘inteligencia’ daría para largas horas de reflexión, pero de forma resumida diré que lo que busco en mis hermanos del alma y más me complace encontrar es aquella cualidad que hace que una persona tenga el impulso interno de indagar, de conocer, de saber, en resumen, que tenga sed de sabiduría, un espíritu curioso y tras haber llegado a un punto, al que todas estas almas inquietas llegan en algún momento, sean capaces de integrar todo aquello que han aprendido y emplearlo para su avance espiritual… para mi la persona inteligente es aquella que tras haber investigado, tras haber leído, tras haber quitado sus propias conclusiones de todas y cada una de las informaciones que le fueron llegando a su vida, es capaz de volver al punto de partida, es decir, es capaz de quitar todas las capas de programación adquirida, de volverse niño de nuevo, de vivir el instante presente, de disfrutar del regalo que supone estar aquí para compartir experiencias, sin juzgar a nadie ni nada, porque todos tienen una historia y trayectoria vital, y a través de las muy diversas experiencias que vivieron llegaron al punto en el que actualmente están, por lo que no somos quien para juzgar a nadie si entendemos que cada uno es la mejor versión de si mismo, que cada uno da lo máximo que puede teniendo en cuenta como ha asimilado e integrado dentro de si sus experiencias vitales, y si no supieron sacar lo positivo de las experiencias vividas, considero que lo que menos deberíamos hacer es juzgarlos, pues nadie está libre de errar, quizás la mejor opción sería compadecernos de ellos, por no saber quitarle el jugo a la vida, por no saber integrar de la forma más positiva todo lo vivido para evolucionar.
Por todo ello, admiro a las almas inteligentes, porque pasasen lo que pasasen en la vida, son capaces de demostrar a los demás con sus acciones y su vagar diario que supieron integrar lo negativo transmutándolo en positivo, supieron ver más allá, puesto que se liberaron de las ataduras a las que la programación adquirida nos ancla, supieron vaciarse a si mismos, ver con claridad, con inocencia y de forma completa … como los niños, solo que con una diferencia, que los niños no poseen la información y experiencia vital que una alma evolucionada y por lo tanto, inteligente, si tiene y eso es lo que los diferencia de los iluminados … aunque, bajo mi punto de vista, los niños son los grandes sabios de este planeta solo que les falta vocabulario para expresarse. Por todo, solo me resta decir ¡¡ si los niños hablasen … cuánto aprenderiamos!!!

Fátima López.

1 comentario:

  1. Gran escrito y gran "estreno". Estoy de acuerdo en todo lo que explicas y enseñas; sobretodo en el fragmento en que incitas a vivir el presente, en compartir experiencias, en no jugar a ser juez, en definitiva... en vivir y dejar vivir.
    Creo que si todos supieramos ser así de inteligentes, la sociedad evolucionaría bastante (en vez de ir cada vez a peor). Falta bastante inteligencia (aparte de empatía, de respeto, de humildad,...)En fin, da para muchas horas de reflexión, como tú dices. Poco a poco, jajaja.
    Gracias por deleitarnos con tu INTELIGENCIA y por enseñarnos a pensar, a no vivir en la apatía y la conformidad.
    Un placer como siempre Fati.
    Moitos biquiños e apertas.

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