viernes, 22 de febrero de 2013

[20] Los 83 preceptos o mandamientos de GURDJIEFF



 1. Fija tu atención en ti mismo, sé consciente en cada instante de lo que piensas, sientes, deseas y haces.
2. Termina siempre lo que comenzaste.
3. Haz lo que estás haciendo lo mejor posible.
4. No te encadenes a nada que a la larga te destruya.

5. Desarrolla tu generosidad sin testigos.
6. Trata a cada persona como si fuera un pariente cercano.
7. Ordena lo que has desordenado.
8. Aprende a recibir, agradece cada don.
9. Cesa de autodefinirte.
10. No mientas ni robes, si lo haces te mientes y te robas a ti mismo.

11. Ayuda a tu prójimo sin hacerlo dependiente.
12. No desees ser imitado.
13. Haz planes de trabajo y cúmplelos.
14. No ocupes demasiado espacio.
15. No hagas ruidos ni gestos innecesarios.

16. Si no la tienes, imita la fe.
17. No te dejes impresionar por personalidades fuertes.

18. No te apropies de nada ni de nadie.
19. Reparte equitativamente.
20. No seduzcas.
21. Come y duerme lo estrictamente necesario.

22. No hables de tus problemas personales.
23. No emitas juicios ni cri­ticas cuando desconozcas la mayor parte de los hechos.
24. No establezcas amistades inútiles.
25. No sigas modas.
26. No te vendas.
27. Respeta los contratos que has firmado.
28. Sé puntual.
29. No envidies los bienes o los éxitos del prójimo.

30. Habla sólo lo necesario.
31. No pienses en los beneficios que te va a procurar tu obra.
32. Nunca amenaces.
33. Realiza tus promesas.
34. En una discusión ponte en el lugar del otro.
35. Admite que alguien te supere.
36. No elimines, sino transforma.

37. Vence tus miedos, cada uno de ellos es un deseo que se camufla.
38. Ayuda al otro a ayudarse a si­ mismo.
39. Vence tus antipatí­as y acércate a las personas que deseas rechazar.
40. No actúes por reacción a lo que digan bueno o malo de ti.
41. Transforma tu orgullo en dignidad.
42.. Transforma tu cólera en creatividad.
43. Transforma tu avaricia en respeto por la belleza.
44. Transforma tu envidia en admiración por los valores del otro.
45. Transforma tu odio en caridad.
46. No te alabes ni te insultes.
47. Trata lo que no te pertenece como si te perteneciera.

48. No te quejes.
49. Desarrolla tu imaginación.
50. No des órdenes sólo por el placer de ser obedecido.
51. Paga los servicios que te dan.
52. No hagas propaganda de tus obras o ideas.
53. No trates de despertar en los otros emociones hacia ti como piedad, admiración, simpatí­a, complicidad.
54. No trates de distinguirte por tu apariencia.
55. Nunca contradigas, sólo calla.
56. No contraigas deudas, adquiere y paga en seguida.
57. Si ofendes a alguien, pi­dele perdón.
58. Si lo has ofendido públicamente, excúsate en público.
59. Si te das cuenta de que has dicho algo erróneo, no insistas por orgullo en ese error y desiste de inmediato de tus propósitos.
60. No defiendas tus ideas antiguas sólo por el hecho
de que fuiste tú quien las enunció.
61. No conserves objetos inútiles.
62. No te adornes con ideas ajenas.
63. No te fotografíes junto a personajes famosos.
64. No rindas cuentas a nadie, sé tu propio juez.
65. Nunca te definas por lo que posees.
66. Nunca hables de ti sin concederte la posibilidad de cambiar.

67. Acepta que nada es tuyo.
68. Cuando te pregunten tu opinión sobre algo o alguien, di sólo sus cualidades.
69. Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal considéralo tu maestro.

70. No mires con disimulo, mira fijamente.
71. No olvides a tus muertos, pero dales un sitio limitado que les impida invadir toda tu vida.
72. En el lugar en que habites consagra siempre un sitio a lo sagrado.
73. Cuando realices un servicio no resaltes tus esfuerzos.
74. Si decides trabajar para los otros, hazlo con placer.

75. Si dudas entre hacer y no hacer, arriésgate y haz.
76. No trates de ser todo para tu pareja; admite que busque en otros lo que tú no puedes darle.
77. Cuando alguien tenga su público, no acudas para contradecirlo y robarle la audiencia.

78. Vive de un dinero ganado por ti mismo. 

79. No te jactes de aventuras amorosas.
80. No te vanaglories de tus debilidades.
81. Nunca visites a alguien sólo por llenar tu tiempo
82. Obtén para repartir
83. Si estás meditando y llega el diablo, pon ese diablo a meditar...

Fuente:  http://www.pensamientoconsciente.com/?p=99

lunes, 4 de febrero de 2013

[19] Más allá del ego

"A veces, cuando hablo con algunas personas sobre la naturaleza del ego y su irrealidad, se sienten un tanto deprimidas porque el ego es lo único que conocen y temen que al perderlo se quedarán sin nada. Eso les parece. Algunas sienten miedo y se preguntan qué les ocurrirá si van más allá del ego. Un hombre incluso pensaba que si se acababa el ego, el Universo desaparecería. Este tipo de pensamiento es normal y es un sentimiento natural desde la perspectiva del ego. De modo que me parece importante que examinamos qué hay más allá del ego.
Si uno comprende realmente lo que es el ego, también verá que nunca ha sido una realidad. Por lo tanto, lo único que cambiará en nuestra vida es la perspectiva de una mente ahora libre del ego. Éste es un cambio importante en la forma en que percibimos la realidad. Cuando el ego no está exigiendo atención y distorsinando todo lo que pensamos, la mente es verdaderamente libre para ser creativa. No está limitada por lo que ha sido, por su historia, sus prejuicios y sus miedos. Nuestra inteligencia se eleva a un nivel muy superior. No es que el cerebro sea, de algún modo, más poderoso que antes, sino que es libre para ver más allá de los límites y de la inseguridad del ego. La mente está entonces completamente abierta y es sincera consigo misma. En esa apertura, es libre para pensar de maneras que en el pasado no habría podido imaginar.
Cuando el ego no se interpone en nuestro camino, el corazón también se abre de par en par. Ya no ve a nadie ni a nada como estando fuera de aquello que es. Entonces la capacidad de amar se vuelve mucho más poderosa y llega a un nivel mucho más profundo. Con ese amor, la persona también es infinitamente más compasiva y puede tener una gran empatía con todas las demás expresiones del Ser. Una descubre que le resulta imposible odiar. Entonces conocemos el odio por lo que es; una visión distorsionada de la realidad, un juego del ego.
Cuando el ego ya no está, la personalidad no desaparece sino que se convierte en una expresión real de la auténtica persona, del Ser no dividido. Libre del ego, uno puede encontrar la paz al no tener que ser nada ni nadie en particular. Y, sin embargo, somos más de lo que jamás pudimos imaginar, sin ningún esfuerzo y sin ningún fingimiento. Ya no sentimos que hacemos esto o lo otro para ser aceptados por la sociedad o por nosotros mismos. Ser lo que somos con absoluta autenticidad es mucho más de lo que podríamos haber deseado jamás.
Esto no se produce en un día. Durante milenios, hemos desarrollado muchos hábitos y ahora tenemos que dejar que se desvanezcan por sí solos. Si intentamos empujarlos, no haremos más que darles fuerza, y continuarán presentándose. Si nos limitamos a ser conscientes de ellos cuando aparecen y no los juzgamos, simplemente desaparecerán.
El viejo "yo" rechazaría todas las cosas negativas que hay en sentirse seguro. El nuevo ser le da la bienvenida a cualquier cosa que haga emerger los residuos aparentemente negativos del pasado para que de este modo podamos verlos claramente y dejarlos atrás.
A veces puede parecer que seguimos interpretando viejos papeles y reaccionando tal como lo haría el antiguo yo. Incluso puede parecer que nos hemos perdido en el ego una vez más, pero en realidad nunca podremos volver a perdernos. Sólo necesitamos ver de dónde procede esa reacción y no aferrarnos a ella. Si tienes amigos que están experimentando el mismo despertar que tú, es sumamente beneficioso que os ayudéis mutuamente recordando qué es lo real. Una buena compañía espiritual es maravillosa y ayuda mucho.
El despertar a lo que somos más allá del ego es también una aceleración en la evolución de la especie humana. El pasado, en forma de ego, nos está reteniendo. El ego es un muro invisible que nos impide ir más allá de nuestro pasado primitivo. Sin el ego, podemos estar abiertos a lo nuevo y, además, nos alejamos de la continua necesidad de seguridad. Nos dirigimos hacia un estado del ser que está mucho más en sintonía con la naturaleza de la realidad. Vivimos en un flujo creativo que no tiene límites. Al abrirnos a este estado ilimitado, empezamos a ver cuán fluida es la creación. Empezamos a experimentar capacidades que no sabíamos que teníamos. En un comienzo algunas personas experimentarán más que otras. Al igual que algunas personas tienen ciertos talentos que otras parecen no poseer. Con el tiempo, todos desarrollaremos estas capacidades porque éstas se convertirán en la norma.
He tenido la suerte a lo largo de mi vida de tener muchas de estas maravillosas experiencias. Pero lo importante no son las experiencias en sí mismas, sino aquello hacia lo que señalan. Somos mucho más de lo que jamás creímos ser. Además, esa vida es mágica, maravillosa y absolutamente creativa. Empezamos a ver que el tiempo, el espacio y toda la creación son simplemente una expresión de lo que nosotros somos.
La idea de la muerte se convierte en algo tan tonto que dejamos de tenerle miedo. Incluso un estado sin ninguna experiencia en absoluto está mucho más vivo que cualquier ilusión que el ego pueda tener acerca de la vida después de la muerte. Vemos que causa y efecto son sólo parte de este fluir de creatividad y que nosotros, en tanto que Conciencia, estamos más allá de todo ello. No podemos no estar conscientes. La mente del ego se puede perder en sus sueños y aparentar no ser consciente, pero ésa no es la verdadera Conciencia. La Conciencia no puede ser otra cosa que lo que es, y es eterna. Cuando somos conscientes hasta el punto de no identificarnos con nada, sino simplemente limitándonos a ver, ya no estamos en el ego. Estamos en la Conciencia, en tanto que Conciencia. En ese estado hay serenidad, alegría y creatividad, sin ninguna necesidad de expresar nada.
El final del ego no es la muerte sino por el contrario la Vida en su plenitud. Ábrete a la Vida y encontrarás la Libertad que siempre has sido."

MELVYN WARTELLA
(de su libro Ego, Evolución E Iluminación)


Fuente: www.reskarendaya.com