viernes, 27 de enero de 2012

[10] Todo cambia menos el que se da cuenta

Prestad atención a estas sabias y como siempre acertadas palabras del gran maestro Antonio Blay:

Antonio Blay: Medid, tratad de afinar la puntería y ved lo que estoy diciendo: es el sujeto, no las cosas que siente el sujeto, no las reacciones que se producen sino quien está dándose cuenta de las reacciones. El sujeto es un punto, lo otro es un campo. Se trata de quién, y no de qué, está dentro. Así, es dirigir la atención a ese quién: "yo soy el que me estoy dando cuenta y ése que se da cuenta no es ninguna cosa de las que pasan. Si me doy cuenta de lo que pasa es porque hay alguien que está más allá de lo que pasa, dándose cuenta de lo que pasa. Se trata de buscar ese quién.

Lo que ocurre es que como toda las vida nos la hemos pasado mirando cosas, ahora nos cuesta horrores mirar a quien mira. Mirar cosas no te revelará a ti mismo, no te conducirá al sujeto; te puedes pasar toda la vida y todas las vidas sucesivas mirando cosas. En cambio, llegas a término cuando encuentras, cuanto te encuentras en el sujeto que está mirando, en el sujeto que se está dando cuenta y, eso es lo difícil. Al principio cuesta, parece una cosa que se escapa, que la quieres coger y no sabes dónde está, pero si les prestas interés y atención, poco a poco irás descubriendo que hay un foco ahí, muy preciso, y un foco tan importante que es el más importante de todo lo que puedes ver y experimentar, puesto que toda importancia, toda realidad, todo significado está surgiendo de este foco y hay que ir hacia ello con mucha paciencia, con mucha perseverancia y buen humor.

El problema del trabajo interior es que llega un momento que no se puede explicar con palabras. Es como el arte. La técnica se puede explicar un poco con palabras, pero el arte es algo a ser intuido, a ser captado; de un modo análogo la vivencia directa de ser uno mismo está más allá de las ideas y de las palabras. Entonces tiene que estar todo uno muy atento. Si miras cuál es el denominador común de todas las experiencias que has tenido a lo largo de tu vida, verás que sólo hay uno y eres tú, el tú que se ha ido dando cuenta de las muchas cosas que han pasado. En un momento vives unas cosas, en otro otras y pueden ser totalmente distintas, o totalmente contradictorias y, no obstante, hay un nexo que las une todas; y es que tú estabas ahí dándote cuenta. Se trata de ir afinando la puntería hacia ése que se da cuenta, que está ahí siempre, que es el que se da cuenta de los cambios. Todo cambia menos el que se da cuenta.

Fuente:"Ser. Curso de psicología de la autorrealización". Antonio Blay.